y... no hay
dudas que el ritmo que le da sentido a un viaje que dura lo mismo que la
gestación de un ser humano no puede ser mucho más vertiginoso que el del
caminar... O puede que sí las haya, pero creo que también es bueno que a esas
dudas se las procese a ese mismo ritmo.
Además
puede que la vida no tenga más dirección que la del tiempo, así que intentando
que esos dos biorritmos se acompasen empecé a caminar un viaje que bastante
tiempo después de haberlo comenzado llegó a tener palabras que lo describen, con
las que otros viajeros de la nave espacial que es la tierra me ayudaron a
comprender algo del sentido que inevitablemente tiene: “libertad y crecimiento”.
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